sábado, 14 de enero de 2012

Anécdotas de los filósofos presocráticos


Fernando Fígares y Pierre De Bie

Aunque tengamos pocos testimonios de los filósofos presocráticos y bastantes indirectos, alguno de ello merecen la atención. Ello ayuda a comprender un poco más la personalidad de estos filósofos y en cierta medida sus escritos que también son bastante fragmentarios. Aunque los mitos y el tiempo los han rodeado de un halo medio divino, se trata de hombres como nosotros y por lo tanto también tienen su lado humano y familial.

Anécdotas de los filósofos presocráticos

Tales de Mileto


Datos biográficos y anécdotas

Los datos biográficos de Tales de Mileto son una mezcla de opiniones, hechos atribuidos a su persona, y citas con alto grado de verosimilitud, recogidas de diversos autores de épocas bastante posteriores, y reinterpretados y expuestos a la luz de la mentalidad del narrador. Contamos con la importante aportación de Aristóteles, el cual, en su descripción, intenta delimitar los escritos y dichos atribuibles con certeza al mismo Tales, de los hechos dudosos ('dicen...') y de sus propias opiniones ('quizá quiso decir...').

Tales nació en la ciudad de Mileto una antigua ciudad en la costa occidental de Asia Menor, cerca de la desembocadura del río Menderes.

La mayoría de los historiadores nos lo presentan como genuino milesio. Sin embargo, según Diógenes Laercio, importante historiador griego, fue admitido en la ciudad jonia de Mileto, a orillas del Mar Egeo después de ser expulsado de Fenicia junto con Nileo. Lo que es incuestionable es que residió en aquella ciudad y fue allí en donde desarrolló su filosofía. Fue hijo de Euxamias y de Cleobulina, y al parecer tuvo ascendencia fenicia. Como los jonios mantenían tráfico comercial con Egipto y Babilonia, es probable que Tales visitara el primero en su juventud, durante el reinado del faraón Amasis, en donde se supone que fue educado por los sacerdotes. Quizás fueron condiscípulos suyos Solón y Ferécides de Siros. Una fuente tardía lo vincula con Pitágoras, a quien habría recomendado viajar a Egipto y educarse con los sacerdotes de Menfis y Dióspolis. De los babilonios debió aprender astronomía. Anaximandro y Anaxímenes pueden haber sido discípulos suyos. Apolodoro, en su “Cronología”, afirma que murió a la edad de setenta y ocho años. Sin embargo, Sosícrates asegura que murió en la olimpiada LVIII, a la edad de noventa años.
Tanto Heródoto (I, 170) como Diógenes Laercio (I, 25) lo señalan como un sabio consejero político de jonios y lidios. Laercio afirma que algunos como el poeta Corilio declararon que fue el primero en sostener la inmortalidad del alma, que, según nos refiere Aristóteles, es para Tales una fuerza motriz. También refiere Heródoto (I, 75) que logró desviar el río Halys para que fuera cruzado por el ejército de Creso.

Aristóteles, por su parte, cuenta en su Política (I, 11, 1259a) que también se destacó en el área de las finanzas, una vez que, habiendo predicho (gracias a sus conocimientos astronómicos) cómo sería la cosecha de aceitunas, compró durante el invierno todas las prensas de aceite de Mileto y Quíos y las alquiló al llegar la época de la recolección, acumulando una gran fortuna y mostrando así que los filósofos pueden ser ricos si lo desean, pero que su ambición es bien distinta.

Quizás la anécdota más conocida de Tales es aquella que nos refiere Heródoto, cuando predijo a los jónicos el año en que sucedería un eclipse solar (quizá llevada a cabo gracias al sistema babilónico), hacia el año 585 a. C. Asimismo, Diógenes Laercio recuenta que, al caer Tales en un pozo después de ser llevado por una vieja mujer a ver las estrellas, ésta replicó a su pedido de ayuda: ¨¿Cómo pretendes, Tales, saber acerca de los cielos, cuando no ves lo que está debajo de tus pies?¨. Se le atribuye el haber realizado la medición de las pirámides, mediante las sombras que proyectan cuando éstas son de la misma medida que nosotros mismos. Fue el primero en haber hecho una explicación científica de un eclipse. También se dice que fue el primero en dividir al año en estaciones y en 365 días.

Citas de Tales

Algunas sentencias y versos que Diógenes Laercio le atribuye a Tales son las siguientes:

  • Muchas palabras no son signo de ánimo prudente.
  • Busca una sola sabiduría.
  • Elige una sola cosa buena.
  • Quebrantará así la lengua de los charlatanes (mentirosos)
  • Lo más hermoso es el mundo, porque es obra de Dios.
  • Lo más grande es el espacio, porque lo encierra todo.
  • Lo más veloz es el entendimiento, porque corre por todo.
  • Lo más fuerte es la necesidad, porque domina todo.
  • Lo más sabio es el tiempo, porque esclarece todo.

Anaximandro de Mileto

Filósofo jonio. Nace en los años 610 a. C. en la ciudad jonia de Mileto, Asia Menor, y muere aproximadamente en 546 a. C. Discípulo y continuador de Tales, se le atribuye un libro sobre la naturaleza, pero su pensamiento llega a la actualidad mediante comentarios doxográficos de otros autores. Se le atribuye un mapa terrestre, la medición de los solsticios y equinoccios por medio de un gnomon, trabajos para determinar la distancia y tamaño de las estrellas y la afirmación de que la Tierra es cilíndrica y ocupa el centro del Universo.

En Anaximandro se encuentra ya una cosmología que describe la formación del cosmos por un proceso de rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la periferia del mundo y puede contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La tierra, fría y húmeda, ocupa el centro. Los primeros animales surgieron del agua o del limo calentado por el sol; del agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces, idea que es una anticipación de la teoría moderna de la evolución.

Inventos y anécdotas

D. Laercio, II, 1-2 nos dice que Anaximandro, hijo de Praxíades de Mileto, dijo que el principio y el elemento es lo indefinido, sin distinguir el aire, el agua o cualquier otra cosa... fue también el primero en inventar un gnomon y lo colocó sobre los relojes de Sol en Lacedemonia, según dice Favorino en su Historia varia, para marcar los solsticios y equinoccios, y construyó relojes. Fue el primero en trazar el perímetro de la Tierra y el mar y construyó también una esfera celeste.

Agatémero, Geographiae informatio, I, 1 dice que: Anaximandro de Mileto, discípulo de Tales, fue el primero que se atrevió a dibujar la tierra habitada en una tablilla. Después de él, Hecateo de Mileto, hombre que viajó mucho, lo perfeccionó, de modo que produjo admiración.

Estrabón, I, 7 se hace eco de lo dicho por Eratóstenes quién considera que después de Homero, los primeros griegos en estudiar la geografía fueron dos: Anaximandro y Hecateo de Mileto.

Cicerón, en De divinitate, I, 50, 112 dice que los lacedemonios fueron avisados por el físico Anaximandro de que abandonaran la ciudad y las casas y pasaran la noche preparados en el campo, porque estaba cerca un terremoto. En aquella ocasión la ciudad entera se derrumbó y la cumbre del monte Taigeto se resquebrajó como la popa de una nave.

Según Elian, Historias diversas (III, 7), los Milesios le pidieron que se hiciera cargo de una ciudad cerca de Apolonia, en la costa Tracia del Mar Negro lo que supone un honor importante y una costumbre de la época: el que los filósofos dedicaran parte de su actividad a los asuntos políticos. Es probable que Anaximandro aceptó ese pedido y que fue enviado al lugar a título de legislador para crear una constitución que respectara la supremacía de Mileto.

Pitágoras


Datos biográficos

Pitágoras nació en la isla de Samos en el año 582 a. C. Siendo muy joven viajó a Mesopotamia y Egipto (también, fue enviado por su tío, Zoilo, a Mitilene a estudiar con Ferécides de Siros y tal vez con su padre, Badio de Siros). Tras regresar a Samos, finalizó sus estudios, según Diógenes Laercio con Hermodamas de Samos y luego fundó su primera escuela durante la tiranía de Polícrates. Abandonó Samos para escapar de la tiranía de Polícrates y se estableció en la Magna Grecia, en Crotona alrededor del 525 a. C., en el sur de Italia, donde fundó su segunda escuela. Las doctrinas de este centro cultural eran regidas por reglas muy estrictas de conducta. Su escuela (aunque rigurosamente esotérica) estaba abierta a hombres y mujeres indistintamente, y la conducta discriminatoria estaba prohibida (excepto impartir conocimiento a los no iniciados). Sus estudiantes pertenecían a todas las razas, religiones, y estratos económicos y sociales. Tras ser expulsados por los pobladores de Crotona, los pitagóricos se exiliaron en Tarento donde se fundó su tercera escuela.

Poco se sabe de la niñez de Pitágoras. Todas las pistas de su aspecto físico no son seguras aunque se haya dicho que era de una gran belleza. Según Plutarco, los sacerdotes le habrían grabado en el muslo el disco de oro alado de Amón-Râ, de donde vendría el sobrenombre de este filósofo “chrysomer”: “el del muslo de oro”.

Es probable que tuviera dos hermanos aunque algunas fuentes dicen que tenía tres. Era ciertamente muy instruido, aprendió a tocar la lira, a escribir poesía y a recitar a Homero.

Funda su escuela en Crotona en el año 532 a.C. Se trata de una comunidad, a la vez filosófica, científica, política, religiosa e iniciática. Varias filiales aparecen sucesivamente en las ciudades de Tarento, Metaponte, Síbaris, Caulonia, Locres y en Sicilia las ciudades de Regium, Taromenium, Catana y Siracusa.

La primera iniciación la consigue en Lesbos a los 18 años. Allí recibe instrucción de Ferécides de Siros (hacia 585/-499), quien postulaba por la eternidad del alma, por el carácter doble del alma humana (una parte divina y otra humana) y por la trasmigración. Es probable que enseñara también a Pitágoras elementos de magia como la predicción y la interpretación de sueños.

Muchas otras leyendas nos hablan de las numerosas iniciaciones a los Misterios y enseñanzas que Pitágoras recibió en muchos países y con muchos maestros entre los que se destaca la secta de los discípulos del naturalista Mokhos y de los hierofantes fenicios, la ciencia de los jeroglíficos egipcios, la Magia de Caldea, los iniciados del monte Ida, los órficos de Tracia y las sacerdotisas de Delfos…

En Crotona conoce al mago Abaris el Escita, sacerdote hiperbóreo de Apolo, célebre por sus transes chamánicos. En -510, una revolución popular en Síbaris, conducida por el demócrata Telis, masacra los Pitagóricos de esta ciudad y 500 aristócratas tienen que huir a Crotona. La guerra estalla entre estas dos ciudades (Pitágoras la promueve según Diodoro de Sicilia). La aristocracia de Crotona, conducida por Milón de Cnosos, reúne una armada de 100.000 soldados y atacan y arrasan Síbaris a pesar de que esta ciudad había conseguido reunir unos 300.000.

Pitágoras se inquieta de la fuerte tendencia democrática que se está propagando y teme por un levantamiento general de la plebe. Según Aristóxeno de Tarento, Pitágoras y muchos de sus discípulos parten de Crotona para Metaponte y se instalan allí. Dicen que la casa de Pitágoras la llaman “el templo de Demeter” y la callejuela “el templo de las Musas”.

Es posible que en -499, Pitágoras vaya a Delos para enterrar su viejo Maestro Ferécides de Siros y algo más tarde, de vuelta en Metaponte, Pitágoras muere en el 497 a.C.

Elementos de doctrina

El esfuerzo para elevarse a la generalidad de un teorema matemático a partir de su cumplimiento en casos particulares ejemplifica el método pitagórico para la purificación y perfección del alma, que enseñaba a conocer el mundo como armonía; en virtud de ésta, el universo era un cosmos, es decir, un conjunto ordenado en el que los cuerpos celestes guardaban una disposición armónica que hacía que sus distancias estuvieran entre sí en proporciones similares a las correspondientes a los intervalos de la octava musical. En un sentido sensible, la armonía era musical; pero su naturaleza inteligible era de tipo numérico, y si todo era armonía, el número resultaba ser la clave de todas las cosas.

La voluntad unitaria de la doctrina pitagórica quedaba plasmada en la relación que establecía entre el orden cósmico y el moral; para los pitagóricos, el hombre era también un verdadero microcosmos en el que el alma aparecía como la armonía del cuerpo. En este sentido, entendían que la medicina tenía la función de restablecer la armonía del individuo cuando ésta se viera perturbada, y, siendo la música instrumento por excelencia para la purificación del alma, la consideraban, por lo mismo, como una medicina para el cuerpo. La santidad predicada por Pitágoras implicaba toda una serie de normas higiénicas basadas en tabúes como la prohibición de consumir animales, que parece haber estado directamente relacionada con la creencia en la trasmigración de las almas; se dice que el propio Pitágoras declaró ser hijo de Hermes, y que sus discípulos lo consideraban una encarnación de Apolo.

Pitágoras pasa por ser el introductor de pesos y medidas, y elaborador de la teoría musical; el primero en hablar de «teoría» y de «filósofos», en postular el vacío, en canalizar el fervor religioso en fervor intelectual, en usar la definición y en considerar que el universo es una obra sólo descifrable a través de las matemáticas. Fueron los pitagóricos los primeros en sostener la forma esférica de la tierra y postular que ésta, el sol y el resto de los planetas conocidos, no se encontraban en el centro del universo, sino que giraban en torno a una fuerza simbolizada por el número uno.

La hermandad pitagórica

A su escuela de pensamiento se la conocía como los pitagóricos y afirmaban que la estructura del universo era aritmética y geométrica. Políticamente apoyaron el partido dórico, obteniendo grandes cuotas de poder hasta el Siglo V, en el que fueron perseguidos y donde muchos de sus miembros murieron. La hermandad estaba dividida en dos partes: Los estudiantes y los oyentes. Los estudiantes aprendían las enseñanzas matemáticas, religiosas y filosóficas directamente de su fundador, mientras que los oyentes se limitaban a ver el modo de comportarse de los pitagóricos.

Fernando Fígares y Pierre De Bie