domingo, 24 de octubre de 2010

Los monos son capaces de reconocerse en el espejo

Los monos pueden reconocerse a sí mismos cuando se miran a un espejo. A pesar de que los científicos pensaban que los chimpancés y los orangutanes eran los únicos primates capaces de tener conciencia de sí mismos, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU) ha demostrado por primera vez que algunos monos macacos Rhesus ('Macaca mulatta') también se reconocen cuando ven su imagen proyectada en un espejo.

Los monos son capaces de reconocerse en el espejo

Los monos pasaron con éxito la llamada 'prueba de la marca', que consiste en colocar en una zona visible de su cara un signo distintivo. Los animales que se tocaban esta marca mientras se miraban al espejo mostraban que se habían reconocido. Además, examinaron con atención zonas de su propio cuerpo que nunca habían visto, sobre todo los genitales. En algunos casos, los monos se giraron y se colocaron hacia abajo para verse mejor. En otras ocasiones, agarraron y ajustaron el espejo para conseguir una mejor perspectiva de su imagen. Tan pronto como los investigadores cubrieron el espejo con un plástico negro, el interés de los monos se esfumó y dejaron de comportarse de este modo.

Diferencias cognitivas entre simios

Hasta ahora, experimentos similares llevados a cabo con otros monos mostraban que, habitualmente, estos animales ignoraban la imagen proyectada en el espejo o adoptaban una actitud defensiva, pues interpretaban que se trataba de otro mono que estaba invadiendo su espacio. Los chimpancés y los orangutanes eran hasta ahora los únicos simios que habían pasado con éxito la 'prueba de la marca'. Cuando se miraban al espejo, reconocían su imagen, hacían muecas y gestos graciosos y miraban o tocaban la marca que los científicos habían colocado de manera temporal en su cara.

Durante cuarenta años, los científicos pensaban que muy pocas especies animales podían reconocer los límites entre ellos mismos y el mundo que los rodea. El hecho de que los chimpancés -los animales más parecidos al hombre-, sí sean capaces de detectar la marca en el espejo mientras que la mayor parte de los simios aparentemente no lo son, llevó a los científicos a plantearse que existen diferencias cognitivas entre los grandes primates y el resto.

Sin embargo, el nuevo estudio llevado a cabo por el investigador Luis Populin mostró que, en determinadas circunstancias, los monos son capaces de reconocerse en un espejo y llevan a cabo una serie de gestos propios de las especies que tienen conciencia de sí mismos.

Conciencia de sí mismos

Populin, que investiga las bases neuronales de la percepción y del comportamiento, colocó implantes en la cabeza de dos monos Rhesus durante un estudio sobre el desorden de déficit de atención. Abigail Rajala, uno de los investigadores de su equipo, observó que uno de los monos se reconocía en un pequeño espejo, contradiciendo lo publicado hasta ese momento en revistas científicas. El estudio que llevaron a cabo para comprobar si, efectivamente, podían reconocer su imagen, dio la razón a Rajala: los monos se tocaban la marca mientras se miraban en el espejo y se comportaban como si se reconocieran

Los monos Rhesus se unen así al pequeño 'club' de animales que han pasado esta prueba y han demostrado tener conciencia de sí mismos: delfines, orangutanes, un elefante y una especie de ave. El reto de los científicos ahora será averiguar cómo ha ido evolucionando esta capacidad tanto en los primates como en otros animales. De hecho, los investigadores creen que la prueba de la marca quizás no sea suficientemente precisa como para detectar en especies menos desarrolladas la capacidad de reconocerse a sí mismos.

Teresa Guerrero
www.elmundo.es


viernes, 15 de octubre de 2010

La Filosofía ayer y hoy

La Filosofía ha sido representada muchas veces por la imagen de una mujer, más o menos seria, altiva y guapa, que genera en su entorno sentimientos encontrados de atracción y dificultad, de anhelo y extrañeza, deseo y rechazo. Quizás la culpa no sea de su digno porte, ni de su vestimenta, si no más bien del texto que a veces lleva en la mano, al que muchos tildan de incomprensible o inutil, de no responder a sus necesidades inmediatas o al programa de vida diario. Todo esto ¿responde a la realidad de la Filosofía Antigua, o es una deformación generada por el largo viaje que su imagen a realizado en el tiempo?

Preguntémonos ¿Nos gustaría ser felices, no tener carencias, ser fuertes en la adversidad, ser libres y buenos? ¿Querríamos tener una vida plena y perfecta, vivir "divinamente"?

Pues todo esto y mucho más son dones de la Sabiduría y la Filosofía es el Amor a la Sabiduría.

Acabamos de descubrir la pólvora una vez más, sabemos lo que buscamos, pero la cuestión es ¿sabemos cómo encontrarlo? porque desearlo no es difícil, lo difícil es encontrarlo y será tanto más difícil sino ponemos los medios, sino somos consecuentes con nuestros más íntimos deseos. El absurdo o paradoja humana más frecuente es buscar algo y caminar en dirección contraria, así es como nos perdemos, nos sentimos lejos de la meta, desorientados y solos.

Y aún nos preguntamos ¿esa Sabiduría o vida perfecta y plena, está fuera de nosotros? ¿es algo que podemos añadirnos? ¡no! no es posible. El fin más noble de la vida no puede depender de las circunstancias, tiene que depender de nosotros mismos. Al no poder controlar las circunstancias ni a los demás, estaríamos en manos de nuestra novia, marido, padres, amigos, instituciones, fuerzas de la naturaleza... El mundo tendría que ser a nuestra medida y ¡no lo es!

Decía Ortega (y muchos lo han oido): "yo soy yo y mis circunstancias". Hagamos un sencillo esquema:

La Filosofía es el camino que lleva de las circunstancias al Yo, de la Ignorancia a la Sabiduría. No es un Instrumento, pues nace en el corazón humano, no es exterior al filósofo, es Amor (o un deseo muy fuerte) que nace en el filósofo, no le viene de afuera, ni de Platón, de Sócrates, o de Aristóteles, ellos son solo un ejemplo, algo que puede estimularnos. La filosofía de cada uno es su Amor a la perfección de la vida, que es Sabiduría. La Sabiduría está en el Universo, pero nace y se expresa en el Sabio como un modelo, que puede ser seguido pero no transferido.

La Ignorancia sin embargo, nace de mi, de mi falta de Yo, de mi falta de ser. Luego, ¿cómo me acerco a la Sabiduría? transformandome por el camino del Amor a la Sabiduría, por el camino de la Filosofía. El Instrumento soy yo, y me transformo sirviendo al Amor, sirviendo a la Filosofía. Acercarnos a la filosofía es acercarnos a nuestro corazón, a nuestros más profundos anhelos, a la verdadera meta de la Vida. Nuestro problema es sobre todo de actitud, de disposición equivocada y tambien de imagen falsa de lo que es Filosofía.

Delia Steinberg Guzmán